La colaboración Pierre Auger, en la que participa el Instituto Galego de Física de Altas Enerxías (IGFAE), acaba de publicar parte de sus datos experimentales, dando acceso abierto al 10% de los datos registrados con el detector de rayos cósmicos más grande del mundo. Estos datos y herramientas de software para analizarlos se ponen a disposición del público para sean utilizados por una comunidad amplia y diversa, incluidos científicos profesionales, ciudadanía e iniciativas educativas y de divulgación. Se puede acceder a los datos en www.auger.org/opendata
El Observatorio Pierre Auger pertenece a una colaboración de cerca de 400 científicos de más de 90 instituciones de 18 países de todo el mundo, entre los que se encuentran miembros del IGFAE, que participa en el observatorio desde la década de los 90 cuando aún estaba en fase de diseño. El observatorio, que tiene una extensión de 3000 km2, funciona exclusivamente con las aportaciones de los países participantes. La contribución del IGFAE a lo largo de estos años se hizo mayormente con apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación y de la Xunta de Galicia.
Los resultados obtenidos por el observatorio están permitiendo determinar las propiedades de los rayos cósmicos de mayor energía con una precisión sin precedentes. Estos rayos cósmicos son predominantemente los núcleos de los elementos comunes y llegan a la Tierra desde fuentes astrofísicas. Los datos del Observatorio se han utilizado para demostrar que las partículas de mayor energía tienen un origen extragaláctico. El espectro de energía de los rayos cósmicos se ha medido más allá de 1020 eV, lo que corresponde a un valor macroscópico de aproximadamente 16 julios en una sola partícula elemental. Se ha demostrado que hay una fuerte caída del flujo a alta energía y se ha descubierto evidencia emergente de emisiones de fuentes cercanas particulares. Los análisis de los datos han permitido caracterizar el tipo de partículas que portan estas energías tan elevadas, que incluyen elementos que van desde el hidrógeno al silicio. Los datos también se pueden utilizar para probar la física de partículas a energías más allá del alcance del Gran Colisionador de Hadrones o LHC en el CERN (Ginebra), el mayor acelerador de partículas del mundo.
En el Observatorio Pierre Auger, ubicado en Argentina, los rayos cósmicos se observan indirectamente, a través de extensas lluvias de partículas secundarias producidas por la interacción del rayo cósmico entrante con la atmósfera. El detector de superficie del Observatorio cubre 3000 km² y comprende una serie de detectores de partículas separados por 1500 m. La zona está rodeada por un conjunto de telescopios que componen el detector de fluorescencia con sensibilidad a la luz de fluorescencia emitida al desarrollarse la cascada en el aire, mientras que el detector de superficie registra los muones, electrones y fotones que llegan al suelo. Los datos del Observatorio, puestos a disposición del público en acceso abierto, incluyen tanto datos en bruto sin procesar como también datos reconstruidos mediante análisis detallados, y los propios datos presentados en publicaciones científicas. Algunos de los datos se comparten de forma rutinaria con otros observatorios para permitir análisis de todo el cielo y para utilizar en los estudios de astronomía de multimensajero, cuya señal puede estar compuesta por radiación electromagnética, ondas gravitacionales o partículas subatómicas.
“Los datos del Observatorio Pierre Auger, que se fundó hace más de 20 años, son el resultado de una vasta y largo inversión científica, humana y financiera de una gran colaboración internacional”, señalado su director, Ralph Engel. “Son de un valor excepcional para la comunidad científica mundial «. Al libertar tanto datos como herramientas infromáticas de análisis, la Colaboración Auger muestra su convencimiento de que el acceso abierto a los datos experimentales va a permitir, a largo plazo, el máximo aprovechamiento de su potencial científico.
Más información:
https://www.auger.org/opendata/
Imagen: cielo nocturno sobre el Observatorio Pierre Auger. Crédito: Steven Saffi.